Ahora que 2017 llega a su fin, Erik Jonnaert, secretario general de ACEA, ha querido hacer una reflexión sobre cómo ha pasado el año la industria europea del automóvil, que ha girado en torno a recuperar la confianza del consumidor. Según destaca Jonnaert en su artículo, hay tres áreas claras en las que se ha avanzado.

A principios de mes se llegó a un acuerdo final en Bruselas sobre la reforma del sistema de homologación de vehículos a motor de la UE. “Tanto los fabricantes de automóviles como los consumidores se benefician de un sistema sólido, que es capaz de garantizar que los vehículos nuevos cumplan con todas las normas de seguridad y medioambientales pertinentes antes de que se lancen en el mercado de la UE”, destaca el responsable.

Aunque el acuerdo aún requiere la aprobación del Parlamento Europeo y los estados miembros antes de alcanzar rango de ley, ACEA espera que la propuesta brinde la seguridad jurídica y la claridad que necesita la industria. En opinión de Jonnaert, “parece que el acuerdo alcanzado a principios de diciembre encuentra un buen equilibrio entre el objetivo de hacer que todo el sistema de homologación de tipo sea más robusto y eficiente, y la necesidad de evitar una carga administrativa excesiva”.

ACEA siempre ha apoyado los objetivos de fortalecer la vigilancia del mercado y mejorar el sistema actual. “Creemos que un sistema de aprobación y vigilancia más robusto permitirá a la industria automovilística restaurar la confianza del consumidor siguiendo las historias sobre nuestro sector que dominaron los titulares en 2015 y 2016. Con este fin, la revisión de homologación de tipo acordada ahora busca llevar interpretaciones uniformes al sistema y aumentar la supervisión de la UE”, explica el secretario general en su artículo.

Las pruebas de laboratorio para medir las emisiones de contaminantes y CO2 también juegan un papel clave en el proceso de lanzar un nuevo automóvil al mercado, y esta renovación viene justo después de la presentación de dos nuevas pruebas en septiembre. En primer lugar, la nueva prueba de laboratorio WLTP con condiciones mucho más realistas que la prueba NEDC anterior, proporcionando una base más precisa para medir el consumo de combustible y las emisiones de un vehículo.

Pero también entró en vigor una prueba adicional para medir las emisiones contaminantes, continúa el responsable. “Bajo la prueba de emisiones de conducción real (RDE, por sus siglas en inglés), los coches son conducidos en las vías públicas para garantizar que los niveles de emisiones medidos durante la prueba de laboratorio sean confirmados en el mundo real. RDE también proporciona más transparencia para consumidores y ciudadanos porque cubre una amplia variedad de situaciones de manejo, una de las razones por las cuales ACEA ha respaldado completamente el desarrollo de esta prueba desde su inicio”.

La industria del automóvil ha invertido mucho para lograr reducciones significativas en las emisiones de los vehículos Euro 6 conformes con RDE, que están siendo aprobados desde el pasado mes de septiembre. En palabras de Jonnaert, “tanto WLTP como RDE son medidas esenciales para recuperar la confianza de los clientes en el desarrollo ambiental de nuestros vehículos. Además, con RDE ahora existe una prueba común en toda la UE para medir las emisiones de vehículos en la carretera. Esto debería ayudar a prevenir la confusión causada por el uso de una multitud de pruebas diferentes, cada una con métodos y resultados variables e incomparables, como lo han estado haciendo algunas ciudades y gobiernos locales”.

“Estamos convencidos de que los países y las ciudades que enfrentan problemas de calidad del aire deben trabajar juntos para crear un enfoque europeo más coherente en lugar de que cada uno siga su propio camino. Porque, seamos francos, sería frustrante si usted como conductor tuviera que lidiar con un conjunto diferente de regulaciones aéreas cada vez que ingresa a otra ciudad. Y no se olvide de las pegatinas que a menudo se le pide que coloque en su automóvil. En cierto punto, habría tantos adhesivos en el parabrisas que simplemente obstruirían su vista”, reflexiona el secretario.

ACEA quiere evitar tal proliferación de diferentes tipos de restricciones de acceso urbano, pero al mismo tiempo también contribuye a mejorar la calidad del aire local en las ciudades de Europa. “Por lo tanto, estamos trabajando con varias partes interesadas para encontrar soluciones efectivas y comunes a nivel europeo. A principios de este mes, por ejemplo, iniciamos un diálogo con las ciudades europeas, unidas en la red Polis, sobre las normas de acceso a vehículos urbanos. A pesar de tener antecedentes muy diferentes, los representantes de la industria automotriz y las ciudades coincidieron en la necesidad de una mayor coherencia y transparencia”.

Y esto es algo, según el responsable, “en lo que Europa tiene que tener éxito, ya que necesitamos mantener el mercado único y, lo que es más importante, evitar la confusión de los clientes. El cumplimiento de los estándares de emisión existentes debe ser el único criterio para las restricciones de acceso. Porque es necesario que las medidas se basen en criterios objetivos y justos en todo momento: sólo a través de un enfoque no discriminatorio podemos garantizar que se protejan las inversiones realizadas por los consumidores”.

En cuanto al próximo año, el secretario general de ACEA afirma que 2018 promete convertirse en (otro) año de desafíos, con varias piezas clave de la legislación europea en camino que tendrán un impacto significativo en el futuro de la industria automovilística europea. “Como ya dejó claro Carlos Tavares, nuestro presidente recientemente elegido para 2018, las principales prioridades de ACEA para el próximo año incluyen encontrar un enfoque ambicioso pero realista para las reducciones de CO2 posteriores a 2021 para automóviles y furgonetas, y salvaguardar la competitividad de nuestro sector”.