Reducir las cifras de siniestros en carretera es uno de los objetivos de la conmemoración del Día Mundial de la Seguridad Vial, que se celebra este 10 de junio. Y aunque son muchas las acciones que se están llevando a cabo en la actualidad para lograr alcanzar dicha meta, hay un aspecto que puede ser determinante: la Ciencia.

Y es que la tecnología avanza de forma acelerada, facilitándonos cada vez más nuestras acciones diarias, incluso en algunos momentos nos permite proteger nuestras vidas. Es el caso de los nuevos desarrollos aplicados a la movilidad; herramientas que están diseñadas no solo para mejorar la experiencia al volante, sino que también para acercarnos a ese ansiado objetivo de 0 víctimas en carretera para el año 2050.

Aunque quedan más de dos décadas para llegar a la fecha establecida, lo cierto es que en el último año hemos sido testigos de cómo la tecnología se ha convertido en un elemento clave para mejorar la seguridad vial: la entrada en vigor del Real Decreto que regula el uso de las luces de emergencia V-16, así como el próximo lanzamiento de la plataforma DGT 3.0 son solo dos ejemplos de lo que los avances tecnológicos pueden lograr para hacer de nuestras carreteras un lugar cada vez más seguro. Se trata de elementos que están enfocados en hacer del coche conectado una realidad, un vehículo que pueda anticiparse a los peligros que se presentan en la vía y que permita una movilidad inteligente y segura.

En España somos pioneros en la movilidad conectada y, de hecho, desde hace ya varios años se está trabajando en esa dirección, en lograr una plataforma que mantenga conectados en tiempo real a todos los usuarios de la vía, ofreciendo información sobre lo que sucede en todo momento, permitiéndole a los conductores conocer cualquier situación que se presente en la carretera, mejorando así su seguridad.

En caso de avería o accidente en la vía, contar con la información sobre la posición de la incidencia hará de la carretera un lugar más seguro ya que mostrará un aviso en los paneles de información variable más cercanos al lugar del incidente, los navegadores y los cuadros de los coches, quedando advertidos del obstáculo incluso bajo condiciones de nula visibilidad. Esta conectividad, a través de aplicaciones, podría permitir también reducir los tiempos de espera en caso de emergencia, al ofrecer la posibilidad de avisar sobre la situación a los servicios de atención. Se trata de un ganar-ganar en todos los sentidos y para todos los usuarios.

Uno de los dispositivos que será esencial para lograr esa conectividad en carretera son las balizas luminosas V16 de segunda generación, evolución de las V16 actuales y que próximamente estarán disponibles en el mercado. Se trata de dispositivos que incorporarán un sistema de geolocalización y que, aunque ya son válidas, a partir del 1 de enero de 2026 pasarán a ser obligatorias.

La implantación de los sistemas de transporte inteligente y el suministro de servicios de información de tráfico en tiempo real será determinante para mejorar la seguridad vial y es hacia allí, hacia lograr un ecosistema conectado en carretera, hacia donde deben ir dirigidos los esfuerzos de empresas, gobiernos y conductores. Porque entre todos podemos hacer de nuestras carreteras un lugar más seguro.