El aceite es el encargado de lubricar las partes móviles del motor, creando una fina película lubricante para que no friccionen entre sí. También se encarga de refrigerar el motor al disipar el calor que genera en su interior y, no menos importante, limpiarlo de carbonillas u otros contaminantes que puedan generarse.

Con las altas temperaturas y la llegada del verano, con sus largos desplazamientos vacacionales, hace falta que el vehículo tenga los niveles de aceite y calidad adecuados. “El aceite es un seguro de vida para el motor. Su correcto mantenimiento aportará años de vida a la mecánica y evitará problemas y averías. O lo que es lo mismo: le ahorrará dinero”, asegura Fernando Díaz, codirector general ejecutivo de Olipes.

La operación de mantenimiento más sencilla es comprobar de forma rutinaria el nivel del aceite. Es recomendable chequear el lubricante al menos una vez cada 15 días si se hace un uso normal del coche. En caso de que su utilización sea intensiva, se deberá comprobar este apartado periódicamente. Y hacerlo siempre antes de emprender un viaje largo.

Olipes ofrece a los conductores un decálogo de cómo comprobar el nivel del aceite:

1. La correcta medición del nivel debe hacerse con el aceite en caliente, no frío. Para ello, se debe haber tenido el motor en funcionamiento durante 20 ó 30 minutos o haber realizado un viaje corto. Se apaga el motor, se espera un par de minutos para dejar que el aceite retorne al cárter y, entonces, se mide el nivel.
2. El coche debe estar aparcado completamente horizontal. El objetivo es asegurarse de que la medición será la correcta.
3. Si el vehículo no dispone de la función de revisión automática del nivel de aceite, el propio conductor puede realizar dicha revisión. Para ello, Olipes recomienda abrir el capó; para acceder al vano motor, tirar de la palanca (normalmente al lado de la puerta del conductor, en la parte baja del salpicadero); en todos los coches modernos hay, además, un segundo bloqueo de seguridad (bajo el capó entreabierto, localiza la pestaña que lo libera).
4. La seguridad es lo primero. En caso de que el capó no tenga amortiguadores para elevarlo, habrá que cerciorarse de que está correctamente sujeto.
5. Localizar la varilla del aceite. El asa suele ser de color amarillo. En caso de duda, consultar el manual del propietario de tu coche.
6. Limpieza. Lo mejor es estar provistos de guantes finos de vinilo o plásticos y un trozo de papel de cocina o un trapo limpio.
7. Extraer la varilla y, con el papel, limpiarla para eliminar el lubricante. Localizar, en su extremo, las marcas de mínimo y máximo.
8. Insertar la varilla hasta el fondo. Se deja unos segundos y después se extrae. El lubricante pegado a ella deberá estar entre las marcas de máximo y mínimo.
9. Si el nivel es correcto, dejar la varilla bien colocada en su emplazamiento empujándola hasta el fondo.

En caso de que el nivel esté por encima del máximo, Olipes recomienda consultar con un profesional para que extraiga el excedente. Si el nivel está por debajo del mínimo, será necesario localizar la tapa de llenado de aceite, generalmente de color negro con una aceitera dibujada y la palabra “OIL”; añadir un poco de aceite (siguiendo la recomendación del fabricante del vehículo en cuanto al grado de viscosidad y nivel de calidad); y comprobar de nuevo el nivel. Habrá que repetir esta operación las veces que sea necesario, sin sobrepasar el máximo indicado en la varilla.