Bosch cerró el ejercicio fiscal de 2017 en España con unas ventas de aproximadamente 2.400 millones de euros, un 2,6% más en comparación con el año anterior. Analizando las ventas netas totales en nuestro país, incluida la facturación de las empresas no consolidadas y los suministros internos a las sociedades filiales, alcanzaron los 2.900 millones de euros, un 5% por encima del año anterior. A nivel mundial, la compañía alemana facturó 78.100 millones de euros en 2017, un 6,8% más que en 2016.

“Después de cinco años de continuo crecimiento, el mercado español se ha estabilizado recientemente en un alto nivel, estableciéndose como uno de los mercados clave para Bosch en Europa. Para 2018, esperamos continuar creciendo en el país”, ha destacado Javier González Pareja, presidente del Grupo Bosch para España y Portugal, durante la conferencia de prensa 2018 en Madrid.

La plantilla de Bosch en España, a 31 de diciembre de 2017, ascendía a 8.800 empleados, de los que 700 son empleos de nueva creación. El presidente destacó, en este sentido, los 400 ingenieros en I D que trabajan en nuestro país. Por su parte, las inversiones de Bosch en España alcanzaron unos 100 millones de euros, un 0,7% más que el año anterior. A nivel mundial, el gasto en I D sobre el porcentaje de las ventas es de un 9,3%, lo que suponen 7.300 millones de euros.

Por divisiones, destacaron en 2017 las ventas del área empresarial Mobility Solutions, que mantuvieron el nivel del año precedente -a pesar de una ligera disminución en la producción de vehículos en España durante 2017- gracias, principalmente, a la mayor cuota de equipamiento en sistemas de seguridad. Mobility Solutions es el mayor área empresarial con más de la mitad de las ventas totales de Bosch en España. En el mundo, las ventas del área crecieron un 7,8% el año pasado, hasta alcanzar los 47.400 millones de euros.

Javier González Pareja también hizo hincapié en un nuevo hito de la empresa en nuestro país: en abril de 2018, la planta de Bosch en Madrid alcanzó los 1.000 millones de sensores producidos, tanto de aceleración como de ultrasonidos. Hace 20 años, en 1998, la fábrica inició la producción de sensores con la fabricación de sensores de aceleración para sistemas de airbag. Tres años más tarde, en 2001, la planta empezó a producir sensores ultrasónicos, que, hoy en día, se han convertido en un elemento fundamental tanto para las soluciones de aparcamiento inteligente, como para la conducción automatizada.

En el ámbito de la movilidad urbana, Bosch está desarrollando una amplia variedad de soluciones para el transporte de personas y mercancías. “Nuestra visión es crear un entorno urbano libre de emisiones, estrés y accidentes. Esto está ligado a tres desarrollos tecnológicos: automatización, electrificación y conectividad”, señaló el presidente ante los periodistas. Para hacer realidad un tráfico con prácticamente cero emisiones, la compañía está haciendo grandes inversiones tanto para hacer de la electromovilidad un éxito de mercado, como para mejorar el motor de combustión.

En este sentido, los ingenieros de Bosch han conseguido reducir las emisiones de NOx a una décima parte del límite legalmente permitido. De promedio, los vehículos de prueba equipados con esta tecnología mejorada emiten no más de 13 miligramos de NOx por kilómetro, muy por debajo de los 120 miligramos que se permitirán después de 2020. En opinión de González Pareja, “el diésel continúa siendo una opción y a un coste económicamente asequible. Las diferentes alternativas de propulsión tienen que convivir”.