“España afronta un final de año clave para encauzar su recuperación. La respuesta de la economía española condicionará la posición del país dentro de Europa. El ecosistema empresarial es consciente de la encrucijada a la que nos enfrentamos y los sectores más afectados se ocupan de reclamar parte de los fondos europeos. Especialmente, dos grandes industrias han centrado buena parte del foco mediático y político: el turismo y la automoción”.

“No obstante, cuando se habla de automoción, se tiende a pensar en la fabricación de vehículos y no tanto en su reparación y mantenimiento. Y es una lástima porque los talleres de toda la vida están jugando un papel muy importante en este año tan complejo para todos”.

“Durante el confinamiento, una España paralizada tuvo que seguir abasteciéndose de bienes de primera necesidad, gracias al esfuerzo de sectores como el primario o la logística. Los camiones y furgonetas de reparto eran de los pocos vehículos que circulaban por nuestras carreteras; y siguieron necesitando de servicios de reparación y mantenimiento por parte de los talleres que siguieron activos”.

“Tras la desescalada, los talleres fueron de los servicios más demandados: una larga cola de ITVs acumuladas, baterías de vehículos dañadas por estar tanto tiempo sin funcionamiento y otras reparaciones que quedaron pendientes han obligado a los profesionales a trabajar muy duro, y cumpliendo con los nuevos protocolos de seguridad y prevención para protegerse a sí mismos y a sus clientes”.

“Por otro lado, el auge del turismo local ha incentivado el uso del vehículo privado para llegar a destinos de cercanía en verano y en escapadas de fin de semana, aumentando la importancia de las revisiones para evitar problemas al volante”.

“Además, en épocas de crisis se suele posponer la renovación del vehículo, generando no sólo una caída en las ventas de automoción, sino también más demanda de reparaciones para alargar la vida útil del auto que, con el paso del tiempo, exige un mantenimiento mayor y que resulta fundamental para preservar la seguridad vial”.

Las medidas para renovar el parque actual de vehículos son necesarias y bienvenidas, pero no tienen mucho sentido si no hay un servicio de posventa capaz de dar cobertura a las nuevas necesidades del sector

“Teniendo en cuenta todos estos factores, es sorprendente que el plan de ayuda a la automoción no tenga en cuenta a las empresas de reparación y mantenimiento. Las medidas para renovar el parque actual de vehículos son necesarias y bienvenidas, pero no tienen mucho sentido si no hay un servicio de posventa capaz de dar cobertura a las nuevas necesidades del sector”.

“Hay tres grandes claves que no debemos ignorar en la automoción como palanca de la recuperación económica. En primer lugar, por mucho que pretendamos acelerar la renovación del parque actual, es un proceso que llevará su tiempo. Requerirá seguir dando soporte a vehículos ya en circulación o incluso adaptarlos aplicando tecnologías que mejoren su rendimiento y minimicen su impacto medioambiental”.

“En segundo lugar, las innovaciones que incorporan los nuevos vehículos requieren a profesionales de mantenimiento y reparación formados en tecnologías punteras. Una tarea difícil de asumir para los talleres, especialmente los pequeños y medianos, que disponen de poco tiempo y recursos para fomentar su reciclaje profesional”.

“Y, por último, pero no menos importante, estar a la altura del sector exigirá a los talleres acometer importantes procesos de transformación digital. Incorporar tecnología y herramientas que optimicen su trabajo y les ayuden a adaptarse a los nuevos hábitos del consumidor y tendencias de mercado. Por ejemplo, plataformas de ecommerce profesionales que mejoren su relación con distribuidores y aceleren procesos de compra-venta de recambios en el ecosistema de la posventa”.

“Los talleres no merecen ser los grandes olvidados en la recuperación de la automoción. En una España sumida en su propio proceso de reparación, no debemos dejar atrás a un sector que da trabajo a más de 150.000 personas en España y que en 2019 estaba creciendo a un ritmo del 2%, según datos de la Federación Española de Empresarios Profesionales de Automoción (Conepa)”.