Gregorio De Valles Calle, “Goyo” como le conocía todo el mundo, nació en un pequeño pueblo de Palencia, Villasarracino, el 8 de julio 1950. Fue el segundo hijo de una familia humilde pero trabajadora.

A los 12 años se trasladó con su familia a la zona de Bilbao, más concretamente al municipio de Santurtzi. Pese a no vivir en el municipio del Valle de Trápaga hasta la veintena de años, siempre llevó el nombre de este pueblo, que tan bien le acogió, en el corazón, hasta el punto de darle nombre a su mayor tesoro: Carrocerías El Valle.

Comenzó a trabajar a los 12 años como aprendiz en diferentes talleres de la zona, adquiriendo todo tipo de conocimientos del sector. Hasta que en 1972, a su veintena de edad, junto a dos socios, fundó Carrocerías El Valle en dos pequeñas lonjas del centro del municipio, donde se mudó con su esposa. Él, en lugar de aportar el capital, aportó lo que humildemente podía ofrecer, lo más importante: su experiencia, clientes y, sobre todo, su trabajo.

Goyo, en confianza, solía decir: “Sólo aporté dos espátulas y unas jóvenes trabajadoras manos”. Y así fue. Trabajó durante casi 30 años, donde no sólo compensó con creces a sus socios, sino que a comienzos del nuevo siglo se convirtió en el propietario de la empresa. Con sudor y lágrimas consiguió lo que siempre soñó. Siempre fue un guerrero y un luchador, que mostró su apoyo incondicional a Carrocerías El Valle y los suyos, con toda su ilusión.

Gracias a su apoyo, la empresa que nació en un pequeño taller de chapa y pintura ha ido creciendo y evolucionando junto a los tiempos, amoldándose, y así lo quiso Goyo, un visionario que apostó por el riesgo de los nuevos tiempos y el crecimiento de su otra Familia, aunque no saldría todo bien a la primera.

Él siempre decía: “Si tú crees en ello, hazlo; si luego sale mal, ya veremos qué hacemos, pero habrá que intentarlo, sabiendo que del error se aprende”

Esta valentía se la inculcó a sus hijos. Tiene dos hijos y dos nietos. Su primogénito, Iñigo, es el actual gerente de la empresa, a la que Goyo, a sus 73 años, seguía muy vinculado. Hasta el último día estuvo acudiendo a visitarnos, al pie del cañón preocupándose por todos nosotros, nos observaba sin decir nada, pero con una sonrisa nos decía todo. Tenemos claro que Goyo ha sido y siempre será nuestro fan número 1.

A temprana edad, nos deja el fundador de una gran empresa del sector que, pasando por todos los niveles posibles, ha crecido hasta tener en plantilla 32 trabajadores, sus “Cachorros”. Dicha plantilla está dividida en tres centros, dos ya operativos y un tercero que se inaugurará el próximo año.

Goyo, con la ayuda de su familia y su valentía, ha forjado este gran proyecto que lleva en marcha más de 50 años, el cual culmina con un centro integral para la posventa, de 5.000 metros cuadrados, en Barakaldo. Siempre con la firme idea de mantener el centro originario del pueblo donde nació la empresa, el centro insignia. Era un hombre muy sentimental, nunca podría olvidarse de sus inicios, en este caso de su primer centro y de su pueblo, en Euskera llamado “Trapagaran”.

Seguro que nos abandona orgulloso del legado que nos deja y, sobre todo, orgulloso debe estar de él mismo por todo lo que ha creado, en lo personal y profesional, aunque para Goyo no había diferencia. Así podemos verlo en Carrocerías El Valle, que continúa siendo dirigido con el mismo sentimiento por sus descendentes, implicados en la empresa que tanto le costó llevar adelante a Goyo.

Desde la redacción de Posventa.info y Talleres en Comunicación queremos transmitir nuestro más sincero pésame a su familia, amigos y compañeros de Carrocerías El Valle. Descanse en paz.