Las altas temperaturas, los viajes largos y la sobrecarga pueden afectar seriamente a la seguridad y durabilidad de los neumáticos si no se revisan a tiempo. Para ayudar a los conductores a preparar su coche para el calor, los expertos de la red de talleres Vulco ofrecen una serie de consejos esenciales para mantener los neumáticos en perfecto estado durante la temporada estival.

1. Revisar la presión con frecuencia

La mejor forma de cuidar los neumáticos en verano, y el resto del año, es comprobando la presión regularmente. Lo recomendable es al menos una vez al mes y siempre antes de hacer viajes largos o con carga extra. Vulco recomienda ajustar la presión a la que indica el fabricante del vehículo. Hay muchos vehículos que por su reparto de peso necesitan presiones distintas en cada eje, así que, para evitar desgastes irregulares, se debe comprobar primero el manual del propietario y hacer la revisión de presiones con neumáticos en frío, es decir, con el coche estacionado al menos 3 horas o sin circular más de 1 km. Un neumático caliente desvirtúa la medición, pues la presión puede subir hasta 1 PSI por cada 5 °C de aumento.

2. Rotar los neumáticos alarga su vida

Es necesario tener un desgaste uniforme en los cuatro neumáticos, lo que se puede conseguir rotando las ruedas del eje delantero por las del trasero cada 10.000 km aproximadamente. No se deben cruzar los neumáticos de izquierda a derecha, ya que un neumático gastado girando en un sentido puede producir ruidos y vibraciones y se le hace girar en el otro sentido. Combinar la rotación con el equilibrado cada vez que se monten neumáticos nuevos y se evitarán vibraciones, desgastes irregulares y se alargará su vida útil.

3. Estacionar a la sombra o bajo cubierto

Una práctica interesante en verano para cuidar los neumáticos es aparcar el vehículo, siempre que sea posible, en zonas a la sombra o en garaje. Un día al sol no es un problema, pero su acción continuada en el tiempo y el calor excesivo pueden dañar la gomosidad y la estructura del neumático, haciendo que se degraden sus compuestos más rápidamente.

4. Controlar el desgaste y posibles daños

Examinar los neumáticos de vez en cuando buscando posibles grietas, cortes, deformaciones u objetos incrustados. Un neumático con defectos puede ser peligroso en un viaje largo en el que se rueda a alta velocidad de forma continuada. Antes de planear los viajes veraniegos, se debe comprobar el desgaste del neumático. Cuando se acerca al límite legal de 1,6 mm de profundidad del surco, la capacidad de evitar el aquaplaning se reduce. Y está prohibido circular con menos profundidad.

5. Alineación y suspensión en buen estado

¿Se desgastan los neumáticos de forma irregular, aunque revises las presiones? Posiblemente el vehículo no pise la carretera como es debido. Una alineación desajustada o unos amortiguadores desgastados hacen que los neumáticos sufran desgastes prematuros e irregulares.

6. Viajar con mucha carga

Siempre que se cargue mucho el vehículo, como en un viaje en familia con el maletero lleno, es necesario ajustar las presiones como indica el fabricante en el manual del propietario. Una vez realizado el viaje, volver a poner las presiones a la medida normal cuanto antes y no rodar con las presiones altas. Vulco recuerda también respetar la masa máxima autorizada (MMA) que indica la ficha técnica del vehículo para evitar un sobre esfuerzo en los neumáticos, lo que genera exceso de temperatura y puede llevar a reventones, además de problemas de agarre en curvas y frenadas.

7. Moderar la velocidad y evitar frenazos bruscos

Conducir con suavidad, respetando los límites de velocidad y adelantando con precaución. Las altas velocidades y las frenadas repentinas incrementan el calor, el desgaste irregular y el riesgo de pérdida de control.

8. Revisar la rueda de repuesto

Ya no es tan habitual, pero si el vehículo tiene rueda de repuesto, hay que asegurarse de que también tenga la presión correcta, especialmente antes de realizar viajes largos.