Antes de soldar una pieza de plástico, es necesario valorar una serie de cuestiones como si se pueden soldar todo tipo de plásticos o cuáles pueden resistir este proceso y cuáles no. En un post del Blog Ruta 401 de Loctite responden a estas preguntas tan frecuentes a la hora de soldar plástico.
Hay ocasiones en las que resulta más sencillo sustituir directamente las piezas de plástico que soldarlas. Algunas de las variables que influyen en la valoración del operario son la magnitud del daño, la localización y el tipo de pieza, el coste y el tiempo necesario para la reparación. No obstante, entre los factores más importantes se encuentra saber reconocer los diferentes tipos de plásticos, sus características y las técnicas necesarias para repararlos.
Entre los plásticos que sí se pueden soldar se encuentran los termoplásticos (polipropileno, polietileno, poliestireno, etc), los plásticos más utilizados en automoción. Reaccionan a las variaciones de temperatura y al aplicarles el suficiente calor pueden pasar a ser un fluido, para recuperar de nuevo su estado sólido al enfriarse. Son los únicos tipos de plásticos que se pueden soldar en el taller, siempre teniendo en cuenta que la soldadura se debe hacer con materiales afines (si la pieza es de polipropileno, la varilla ha de ser del mismo material).
Por su parte, los plásticos que no se pueden soldar son:
Termoestables (poliuretanos, silicona, caucho vulcanizado, etc.). Son plásticos que se caracterizan por aunar dureza y fragilidad. No presentan cambios en su estado al calentarlos, simplemente se carbonizan al aplicarles demasiada temperatura. Por esta razón no se pueden soldar, pero sí se pueden reparar con adhesivos.
Elastómeros (caucho natural, neopreno, polibutadieno, etc.). Sus propiedades están entre medias de los dos anteriores. Por eso, entre otros factores, consiguen propiedades elásticas, aunque no pueden moldearse igual que los termoplásticos. En este caso también se puede recurrir a los adhesivos para su reparación.
Termoplásticos con cargas de refuerzo adicionales (vidrio, fibra de carbono u otros tipos de plástico). Se trata de plásticos reforzados con otros materiales para mejorar sus propiedades mecánicas. Esto hace que tampoco todos los termoplásticos se puedan soldar. Los termoplásticos reforzados se suelen reparar mediante adhesivos, resinas, fibras de vidrio de refuerzo o masillas de fibra de vidrio.
Estas son las variedades de plásticos más comunes que se pueden encontrar en el taller, pero hay muchas más. Para identificarlas mejor, la norma europea UNE-EN-ISO 11469 obliga a los fabricantes a marcar en alguna parte de la pieza los materiales que la conforman.
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