El coche conectado, electrificado, automatizado y compartido y su impacto en las empresas de reparación de vehículos centró la ponencia de Pedro Arroyo, director de Desarrollo de Negocio de Cesvimap, en la 10º Jornada de la Distribución en Cataluña, celebrada el 21 de noviembre bajo la organización de la Asociación Catalana de Recambistas (CIRA).

En primer lugar, el ponente habló de todos los servicios que el coche conectado ofrece al cliente, como el direccionamiento a talleres, la notificación automática de siniestros, el infoentretenimiento o las actualizaciones de software, con datos generados por el propio sistema en cuanto a ubicación, estado del vehículo y mantenimiento, dinámica vehicular y estilo de conducción, eCall y bCall, llamada para actualizaciones de software,... donde predominan las marcas de vehículos y en el que aumentan riesgos por ciberataques. Desde julio de 2024 no se pueden vender vehículos no declarados como seguros. “¿Pero tienen los talleres los recursos y tecnología para evitar estos ataques? Quedan por delante muchos retos para el sector”, destacó Pedro Arroyo, ya que “la mayor potencialidad del negocio está en el dato y lo que puede generar a la posventa”.

En el coche eléctrico, con menos piezas de recambios (elimina el motor de combustión y la caja de cambios), entra de lleno la nueva normativa vigente de emisiones. “¿Compramos lo que queremos o lo que las marcas nos ofrecen?”. En opinión del ponente, el híbrido y el híbrido enchufable son “atajos forzados” para cumplir el objetivo de emisiones. “El cliente y los demás actores del sector somos sólo unos 'followers' porque el vehículo eléctrico actualmente es caro, pesado, con poca autonomía y lento para la recarga en comparación con el vehículo con motor de combustión”.

Por ello, aparecen nuevos actores en la movilidad y fórmulas distintas en eléctricos: "tendremos para cada necesidad, una adaptación 'a medida' para no sacrificar ni peso ni coste. Tenemos baterías como servicio (BaaS), baterías intercambiables en motos, aplicaciones para reutilizar los módulos de las baterías eléctricas,... Recambistas y talleres están todavía al margen de este negocio (“¿están preparados para esta tecnología?”, se preguntaba el ponente), pero esto va a cambiar rápidamente. “Los propios fabricantes de vehículos están entrando en la micromovilidad, que están robando cuota a la movilidad 'tradicional' y va a cambiar la posventa. Ante esta mayor complejidad, todos necesitamos formación, con las habilidades digitales y la electrificación como ejes clave en el desarrollo de negocio”, señaló Arroyo.

En cuanto a la movilidad compartida, los compradores van a estar cada vez más concentrados. “El flotista compra distinto e implica consecuencias directas en nuestro negocio”, apuntó Pedro Arroyo.

Por otro lado, el coche autónomo ya se aplica a la distribución de mercancía de última milla, el transporte de pasajeros en entornos acotados y controlados, o en espacios abiertos sin restricciones. “Las marcas redirigen sus inversiones hacia sistemas ADAS de segunda generación y reducen la inversión en I+D para la Autonomía de Nivel 5”. Esto supone oportunidades para recambistas y talleres en la recalibración de sistemas ADAS, pero también retos; de hecho, el 70% de los talleres no informa a sus clientes sobre la recalibración de sus vehículos. A pesar de que los ADAS hacen que la frecuencia siniestral se reduzca hasta un 25%, el coste será mayor en cada siniestro, con más oportunidad de negocio porque tienen más piezas”.

Por último, el director de Desarrollo de Negocio de Cesvimap habló de sostenibilidad y de las tendencias que trae al mundo de la posventa, como la potencialidad del recambio verde o el aumento de la tendencia de consumo, animada por los cambios legales y por la obsesión por la sostenibilidad de las grandes corporaciones.